El futuro, ese gran desconocido… ¿Y si pensamos en el futuro de nuestros hospitales como organización? ¿Serán viables las estrategias y formas de actuar que hoy en día mantenemos en nuestros hospitales o tendremos que cambiar si queremos vislumbrar algo de luz al túnel en el que en la actualidad parece estar abocados? ¿Qué ocurre con el papel de la enfermería en este futuro inmediato?
Si tomamos la cita del escritor francés, Anatole France (1844-1924), podríamos decir que si “El futuro está oculto detrás de los hombres que lo hacen”, en el caso del futuro de nuestras organizaciones sanitarias, todavía con más razón, está oculto detrás de los profesionales que hoy en día trabajan en ellas.
Uno de los pilares fundamentales sobre los que tendrá que recaer el peso de las organizaciones sanitarias del futuro será, como no podía ser de otra forma, la profesionalización de su gestión. Dotar de todos sus órganos de representación de gestores profesionales que sean capaces de fundamentar sus decisiones en criterios de eficiencia y equidad, y no de rentabilidad política.
Es necesario que se incorporen a los puestos de gestión, aquellos donde se toman las decisiones importantes para las instituciones y los profesionales que en ellos trabajan, un nuevo perfil de directivos sanitarios[1] caracterizado básicamente por:
- Disponer de la necesaria cualificación profesional en gestión general de empresas y específica en gestión hospitalaria.
- Poseer un profundo conocimiento del sector, de la realidad sanitaria y hospitalaria.
- Disponer de dotes de liderazgo y gran capacidad de diálogo y negociación.
- Tener capacidad de innovación e iniciativa para la toma de decisiones.
- Valorarse experiencia y desarrollo profesional del directivo.
Y aquí, la enfermería, por supuesto, también tiene mucho que decir y mucho que aportar.
MISMO LENGUAJE Y MISMO OBJETIVO: SEGURIDAD DEL PACIENTE
Los gestores profesionales deben contar a su disposición con los mejores equipos de profesionales, que hablen su mismo lenguaje y que todos tengan como objetivo final la seguridad del paciente.
Es necesario conseguir quitarse el corsé de los procesos de selección actuales en forma de OPEs infumables y que no aportan ningún valor a la hora de poder contar con el mejor profesional en el preciso momento en el que se le necesita, e ir dotando a los directores y mandos intermedios de herramientas ágiles y flexibles que les permitan incorporar a sus equipos a los profesionales con las habilidades y competencias que requieran en cada momento.
Quizás recuerdes una de las frases más populares de ese gran genio llamado Einstein:
“Todo el mundo es un genio, pero si juzgas a un pez por su habilidad de trepar un árbol pasará el resto de su vida creyendo que es un idiota”.
Cada persona, cada talento, tiene una serie de capacidades, conocimientos, actitudes y aptitudes, un conjunto de habilidades que les hacen destacar en un campo y no en otro, que les hacen más o menos valiosos para nuestra idea de negocio, nuestros proyectos, clientes y objetivos empresariales.
En este sentido, la gestión de profesionales más inteligente es muy clara: elige al talento que necesites realmente, sin conocimientos de más… ni de menos. En este sentido figuras como la polivalencia pueden sernos de utilidad a la hora de construir los equipos de profesionales en las organizaciones sanitarias del futuro.
Debemos repensar nuestras organizaciones para poder construir unos lugares de trabajo del futuro más eficientes, y para ello, podemos ayudarnos de metodologías que propugnan el menos es más y la utilización del sentido común, como puede ser la metodología Lean.
Pero debemos recalcar la importancia de que «no puede existir Lean si no se empieza por tener en cuenta a las personas», incidiendo también en la mejora que supone para la calidad y la seguridad del paciente, dado que «una de las bases es la mejor gestión del tiempo, tanto de esperas como de estancias, lo que reduce las posibilidades de sufrir un evento adverso».
LOS CINCO PRINCIPIOS LEAN
Por tanto son ya muchos los hospitales y servicios que están redefiniendo sus procesos basándose en los cinco principios Lean enunciados por Womack & Jones, y que son los siguientes:
- Valor. Sabemos que Lean está obsesionado con eliminar todo lo que no aporta valor, así que lo primero y más importante es hablar con el paciente y tener muy claro cuáles son sus necesidades y expectativas.
- Flujo de valor. Ahora sí. Una vez que sabemos que es valor para nuestros pacientes ya estamos en situación de poder darle la patada a todo lo que no aporta valor al paciente en nuestros procesos (o al menos tratar de hacerlo).
- Flujo. Si hemos limpiado nuestros procesos de todo lo que nos hace perder tiempo, espacio, recursos… nos resultará mucho más fácil hacer que todo fluya de forma continua y reducir la sensación de ir a trompicones.
- Pull. Nada de anticipar tareas o productos, éstas se realizan cuando son demandadas por el usuario o cliente final, ni antes ni después.
- Perfección. Lo sentimos pero llega la mala noticia. Lean es como ser bueno, es para toda la vida… así que por muy bien que lo hagamos, hay que seguir buscando la manera de hacerlo mejor todavía.
GESTIÓN DEL CONOCIMIENTO Y ENTORNOS PERSONALES DE APRENDIZAJE
Como profesionales de la enfermería estamos obligados a estar continuamente abiertos a descubrir y aprender nuevas cosas, conservando la ilusión y el interés por lo que nos rodea, estando atentos al entorno, ser detector de tendencias y estar en constante proceso de reinvención como trabajador y como persona.
Esto, hoy en día, en la era de las redes sociales y la web 2.0 no es otra cosa que crear nuestros propios Entornos Personales de Aprendizaje (Personal Learning Enviroment) y no esperar a que nuestras organizaciones nos lo den todo hecho.
Un PLE es el conjunto de herramientas, servicios y conexiones entre personas que empleamos para alcanzar diversas metas vinculadas a la adquisición de forma autónoma de nuevas competencias.
En estos días en que la información fluye y fluye por la redes sociales, en estos tiempos de infoxicación, definir una buena red que te ayude a diferenciar el grano de la paja y te facilite centrar tus esfuerzos y conversaciones hacia aquello que realmente te interesa, es fundamental saber categorizar y priorizar nuestras horas delante de una pantalla para poder llegar a ser algo productivos.
Por tanto, si queremos que el futuro de nuestras organizaciones sanitarias se parezca en algo a lo que hoy en día pensamos o nos atrevemos a imaginar que podrán ser, tenemos que empezar que involucrarnos como profesionales: tanto a nivel de gestión como a nivel emocional.
Por lo tanto el futuro ya está aquí… ¿estamos preparados?
Iñaki González Rodríguez – @goroji
Gestión Sanitaria, Gestión de Personas y Estrategia Digital de RRHH.
El Blog de Iñaki González
[1] Informe de SEDISA (Sociedad Española de Directivos de la Salud) sobre la profesionalización de los Directivos de la Salud (2013).
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