Desde el inicio de nuestra profesión enfermera es conocido un aspecto muy importante en la atención al individuo sano o enfermo y este es la comunicación.
Al ser una herramienta poco material, aunque muy asequible, debe establecerse de forma eficaz en toda practica sanitaria.
Se suele considerar una intervención de actitud y secundaria en el cómputo de actividad asistencial y esto hace que no lo prioricemos como actividad relevante, aludiendo falta de tiempo, escasa formación o poca demanda por parte de los pacientes.
Existen muchas evidencias científicas que hablan de los beneficios que la comunicación reporta sobre la calidad de los cuidados.
PRESENTE DESDE LOS PRIMEROS MODELOS ENFERMEROS
La comunicación como parte de nuestro quehacer diario ya está muy presente en las primeras teorías y modelos enfermeros.
Así ya F. Nightingale se planteaba la importancia y necesidad de la comunicación en la relación con el paciente.
Años después, H.Peplau consideraba la comunicación como la base del modelo enfermero.
Revisando otras teorías, tanto las Necesidades de V. Henderson como D. Oren, ya proponían el establecimiento de una relación de ayuda entre enfermera y paciente que implicaba la influencia comunicativa, las relaciones interpersonales y los valores morales y éticos del ser humano.
Nuestro ámbito de trabajo supone para el paciente un entorno hostil y casi siempre asociado a experiencias desagradables.
La tecnificación, los procedimientos diagnósticos muchas veces invasivos y de los que el paciente a veces tiene poca o ninguna información, impiden una buena comunicación abierta y fluida.
Nos encaminamos cada vez más a la superespecialización, y sin querer ponemos el foco en el caso clínico dejando de lado la atención de las necesidades y el cuidado integral del paciente.
Cuando hacemos un plan de cuidados, integramos la importancia de la alimentación la hidratación, el control del dolor…pero nos olvidamos de que una buena comunicación forma parte también de la cobertura de necesidades.
Muchas veces la parte menos visible es la más importante.
BENEFICIOS PARA EL PACIENTE
Para conseguir que la comunicación sea eficaz nos hace falta esfuerzo, formación y dedicación.
Si somos capaces de integrarla en nuestra práctica diaria, conseguiremos beneficios a todos los niveles.
Por un lado, el paciente mantendrá una actitud más proactiva en su proceso salud-enfermedad consiguiendo mejoras y avances en su salud y por otro lado, nosotros como personal sanitario, nos sentiremos más eficientes y satisfechos, demostrando que lo que hacemos es útil y además ahorra costes. Por el contrario, una mala comunicación implica menor adherencia a los tratamientos, evolución más lenta de los procesos de enfermedad, aumento de estancias hospitalarias y elevados costes.
En mis años como enfermera, y ya son unos cuantos, el paciente más satisfecho ha sido aquel que se ha sentido acompañado e informado en su proceso y su percepción de los cuidados recibidos ha sido óptima por encima del procedimiento diagnóstico realizado.
PROCESO FUNDAMENTAL EN TODA RELACIÓN SOCIAL
Como conclusión decir que comunicar es un proceso fundamental en toda relación social, es imposible no comunicar.
En nuestra profesión debe entenderse como una responsabilidad y es una estrategia para ofrecer un trato más humano. En la actual cultura de los cuidados, donde la satisfacción del usuario es tan importante, el acto de comunicar adquiere su verdadero significado.
Nuestra sociedad avanza y los pacientes exigen cada vez mas información pues también el nivel cultural ha aumentado.
Nuestro deber como enfermeras es dar respuestas a todas las necesidades y la de tener al paciente bien informado es una de ellas.
Mª Jesús Martínez Sola
Enfermera del Hospital Universitario de Navarra. Vocal de la Comisión Deontológica del Colegio.
Fuentes
- Henderson V. Podemos dar un papel estelar a los pacientes. Envest. educ. enferm2000, 18(1): 125-130
- Nuñes V., Carmen M. Ética de la comunicación en las relaciones sanitarias. Revista de bioética y derecho 2007,(9):1-9
- Garcia Marco, M. ;López: Vicente Edo, J. Reflexiones en torno a la relación terapéutica. Index de Enfermería,2004 47:44-48
- Jovell AJ.: El silencio de los pacientes. Rev Rol Enfermería 1999;22(7-8): 507-510
Imagen: Ariadna Creus y Àngel García (Banc d’Imatges Infermeres)
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