La ciencia es necesaria en la enfermería, pero la enfermería no es solo ciencia.

Hoy en día las técnicas (exploratorias y terapéuticas), los fármacos, los protocolos, los consensos, las guías clínicas, la medicina basada en la evidencia, etc. han desbancado la figura de “terapeuta” para ser sustituido por la figura de “técnico”, aplicador de remedios previamente comprobados.

Hay que recuperar la relación como fuente de diagnóstico y como terapia en sí misma. Su objetivo es captar las necesidades reales y totales del paciente que están incidiendo en su estado de enfermedad y que deben ser resueltas para que el enfermo pueda volver a un estado de salud.

 

OBSERVACIÓN Y CAPTACIÓN DE MENSAJES

Para realizar un buen diagnóstico, el profesional debe basarse en la observación de las conductas del enfermo, al tiempo que procura captar todos sus mensajes, tanto verbales como no verbales, y tanto explícitos como implícitos. Así mismo, para el entendimiento de las necesidades más profundas del paciente, resulta fundamental que el enfermero maneje bien la técnica de la escucha.

La comunicación tiene lugar en cada interacción enfermero-paciente, se da en la conversación y en el silencio, en lo verbal y en lo no verbal; por el lenguaje simbólico, mediante la apariencia, el comportamiento, la postura, la expresión facial y los gestos que comunican ideas, pensamientos y sentimientos, y se otorgan significados tal como se hace con el lenguaje hablado.

Es una experiencia de encuentro interpersonal que se va construyendo.

Para utilizar la relación como base para el diagnóstico de necesidades, el profesional debe entrenarse para mantener un estado emocional neutro y empático, de forma que no se deje llevar de reacciones emocionales inadecuadas, ni de mecanismos de defensa distorsionantes (identificación excesiva con el paciente, proyección de sus propias dificultades y problemas, autoafirmación exagerada, impregnación por prejuicios y estereotipos, etc.)

 

CAPACIDAD DE LECTURA INTRAPERSONAL

La persona que ayuda tiene que haber desarrollado capacidad de lectura intrapersonal, en especial de lo que vive respecto a los otros.

Debe tener conocimiento y un marco teórico que le permita realizar sus interpretaciones acerca de lo que vive el consultante, fundadas en conocimiento científico, ético y personal.

En este proceso de “relación interpersonal” paciente-enfermero, el primero puede encontrar en el segundo las ayudas (mecánicas, afectivas, racionales y espirituales) para recomponerse, recuperarse, realizarse y poder salir del mundo sanitario para volver a su proyecto personal.

En definitiva, debemos transcender la técnica y la ciencia sin, por ello, menospreciar a estas.

 

Mª Angeles Durán Los Arcos
Lourdes Ordóñez Iriarte
Enfermeras especialistas en Salud Mental
Hospital de Día Psiquiátrico 1 (Complejo Hospitalario de Navarra)

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