Durante los últimos años hemos asistido a un desarrollo imparable de la formación en Enfermería. El cambio de ATS a diplomadas ya se ha hecho viejo. Ahora hablamos de Grado, y además con la opción de realizar dos años de internas para la especialidad, vía EIR, o el doctorado. Al mismo tiempo han proliferado los cursos de másteres y expertos en casi todas las áreas del conocimiento enfermero.

Sin embargo, las bases legales que regulan las competencias y responsabilidades en el trabajo han quedado ancladas en los años 70.  Asistimos a una situación en que las enfermeras han ido ganado conocimientos y abriendo campos específicos de especialidad, pero luego no tiene reflejo en los puestos de trabajo, pues no contemplan el reconocimiento  y mucho menos remuneración, salvo en el caso de las Matronas y ahora en algunos puestos en Salud Mental.

Desde el CGE se ha promovido los últimos años el que “todas seamos especialistas”, pero no se ha movido un dedo para la modificación de la normativa del 73.  Se ha promovido el acceso a las especialidades por vía excepcional, facilitando incluso el pase en bloque para que las aprobadas pasarán de un 15% a un 80% (caso de Geriatría). Dejando así la excepcionalidad en norma.

EL DESARROLLO DE LAS ESPECIALIDADES, ATASCADO

La continuidad del desarrollo de las especialidades se ha atascado cuando ha llegado a volúmenes importantes. Ahora le tocaría el turno a Enfermería Comunitaria, cuando la mayor parte de las enfermeras de este ámbito están en condiciones de acceder por vía “excepcional”. Y aún queda el bloque mayor: Médico-Quirúrgica, especialidad solo desarrollada de momento en el ámbito del Ejército y en los miembros de la Comisión de la especialidad.

Si saliera todo tal como se ha previsto, nos encontraríamos en el escenario de que la mayor parte de los puestos estarían ocupados por especialistas vía excepcional.

Entonces cabe preguntarse: ¿Las graduadas con el título “calentito” podrían  optar a trabajar en especializada u hospitalización? ¿Y en Atención Primaria? ¿O se verán obligadas a realizar vía EIR la especialidad para poder optar? El número de plazas para especialidades de vía EIR es limitado y no puede acoger a todas las enfermeras que acaban en las facultades.

Desde las fuerzas sociales (sindicatos) no se  anima a  modificar los criterios de perfil de contratación. ¿La Administración y los centros privados van a estar dispuestos a pagar el sobrecoste del reconocimiento de enfermeras especialistas cuando disponen de ellas sin tener que pagar más?

MOMENTO PARA LA ELECCIÓN DEL PERFIL PROFESIONAL

Me parece interesante analizar este escenario: las estudiantes acaban su cuarto año de Enfermería y con el título debajo del brazo corren a colegiarse para empezar a trabajar. La cuestión es dónde, pues en ese momento normalmente no se tiene una idea clara de cómo enfocar tu carrera profesional.

Los que ya peinamos canas hemos conocido que el desarrollo del perfil profesional se determina por una serie de factores, en el que los gustos, aspiraciones y afinidades hacen un conjunto con las posibilidades reales de trabajo. Pretender definir el perfil profesional de una enfermera recién acabada y que tome la decisión al inicio de su carrera no me parece ningún avance para la profesión. Ni tampoco que no tenga acceso a áreas donde se tiene que “bregar” para afianzar todo el conocimiento recogido en los años de formación.

Entiendo que el conjunto de valores varía en cada caso y seguro que hay graduadas que tienen claro que lo suyo es esta o aquella especialidad, pero recoger un bagaje  de conocimientos y experiencias desde diferentes ámbitos es lo que ha dado peso a nuestra profesión. Y aunque  comprendiendo que el futuro pasa por la especialización, no podemos plantear que haya un periodo de dos velocidades, enfermeras con título de especialista que no pueden ejercer dentro de su campo o, que si ejercen su especialidad, no la tienen reconocida como competencia propia y menos aún pagada.

MODIFICAR LOS CRITERIOS DE CONTRATACIÓN

Si lo que queremos es generar los mejores cuidados para cada situación, habría que modificar los criterios de contratación. La parte social y sobre todo los contratadores del ámbito sanitario deben ser conscientes que a la calidad de cuidados se llega desde el conocimiento y la capacitación profesional. Por tanto, ha de asumir que no es útil, ni económico, ni seguro no tener en cuenta estas circunstancias. No se debería poder pasar  de un contrato en Hemodiálisis a otro en Pediatría y otro después en Área Quirúrgica.  La atención se ha complicado y sofisticado lo suficiente para empezar a marcar y defender bloques de cuidados, así como plantearse desarrollar áreas de capacitación apra puestos específicos.  Ahora se está funcionando con listas por áreas, pero cuando a alguien se le oferta un contrato que considera más favorable, o más adecuado para la conciliación familiar, no hay ningún reparo ni otra consideración que quien tiene mejor número en la lista de contratación. Hay que recordar que esa lista se establece en base a unos puntos en la oposición que desde luego no garantizan el dominio sobre los cuidados donde va a ejercer.

Hay que abandonar el sistema de listas de contratación como lo conocemos, no debemos cargar sobre el sistema público de salud el derecho al trabajo. Si  queremos una sanidad pública eficiente y sostenible, hay que ir a otros modelos de gestión de contratos. Se han manejado las listas desde una perspectiva muy corta, solo valorando la inmediatez de un contrato o las ventajas para el conocido/amigo/compañero del delegado sindical de turno.

Tenemos que hablar de profesionalismo, otorgando unos contratos con continuidad para el cuidado  del enfermo. Las organizaciones grandes tienden a acomodar las circunstancias de sus conflictos internos y darle carácter de norma. Cuando el eje de la norma se debe plantear desde la perspectiva del objeto de nuestra atención: el paciente/ciudadano; y no pensando en la organización en sí misma o en interess particulares de profesionales.

 

Carlos Sesma Sánchez
Presidente del Colegio Oficial de Enfermería de Navarra

 

Fotografía: Pixabay / TheShiv76

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